Artesanas Lana SerenaLa firma Lana Serena propone una línea de punto de lujo sostenible, su diseñadora a barcelonesa Anna Pujals, se propuso proteger la trashumancia y para ello se desplazó a los montes de Babia de donde coge su materia prima y cinco tejedoras confeccionarían en sus casas de la comarca de La Bañeza sus lujosas prendas, Yolanda, Ana, Elena, Veva y Mari Paz.
Son los cinco artesanos que han tejido con sus manos toda su vida. Todos se unen desde pequeños pueblos rurales para encontrarse en La Bañeza estas mujeres han optado por reinventar su futuro económico uniéndose al proyecto Made in Slow, estas mujeres mismas deciden los precios de las piezas que hacen, y también deciden sobre su horario de tejido.
Las prendas de lana procedentes de ovejas merino trashumantes que Anna comercializa online bajo su firma de punto de lujo Lana Serena, algunas superan los 1.000 euros y para adquirirlas hay lista de espera.
Pujals decidió crear prendas con lana directamente adquirida a un pastor tras leer un día por casualidad una noticia en un periódico: "Cayó en mis manos un artículo que decía que los pastores españoles estaban malvendiendo o tirando la lana de sus ovejas", relata la catalana. "Aquello me desoló, ¡no podía creerlo! Y empecé a investigar, un poco por hobby, aún no me lo planteaba de modo profesional".
Tras su decepción viendo como la moda era volátil y que las colecciones llevan un ritmo vertiginoso "prendas que no significaban nada. Aquello coincidió con mi maternidad, que me hizo replantearme qué tipo de mundo o de valores quería para mis hijos. Yo soy una enamorada de la moda, pero deseaba dedicarme a ella de una forma diferente, más consciente, más encima desde el origen hasta el final", apunta.
Lo que le hizo pensar que debía hacer algo auténtico que nunca se pasara de moda, porque siempre ha estado de moda, entonces se dio cuenta del valor de la lana y fue cuando comenzó su investigación una vez leído ese artículo mencionado anteriormente, "Hablé con mucha gente, fui obteniendo pistas, estudié historia... Descubrí que la oveja merina es una raza que se originó en España en el siglo XIII. En la Edad Media, el comercio de la lana era una de las fuentes de riqueza más importantes hasta el punto de que el rey Alfonso X creó el Honrado Concejo de la Mesta para proteger el derecho de paso de los rebaños que garantizaba, mediante el pasto fresco, la calidad de la lana. Entonces se trazaron las Cañadas reales por las que aún hoy siguen pasando los pocos pastores que mantienen esta práctica luchando por evitar que desparezca". Para entonces, ella ya había decidido que crearía una firma de ropa con la que proteger la trashumancia, con sus ideas claras puso rumbo a los montes de Babia donde conoció a Manuel Morán pastor trashumante quien le explicó el secreto para obtener una buena lana y como tratarla, como lo hacían antaño las mujeres en el calor de su hogar.
Ahora solo quedaba encontrar las manos que dieran vida al hilo, de urdimbre ahuecada y esponjosidad extrema, que lo tejerían a mano cinco artesanas de zonas rurales alrededor de La Bañeza. "Ellas deciden las horas que le van a dedicar y lo que quieren cobrar por su trabajo. Cada una lo hace desde su casa aunque a veces se reúnen cuando están desarrollando piezas nuevas" puntualiza Anna.
Un producto que desde finales de 2018, cuando se vendió su primera tanda de prendas, se está comercializando en países Dubai, Miami o Perú. En la ejecución se invierten entre cuatro y seis horas que lleva el cuello, a las casi 20 horas que requiere el abrigo, siempre haciendo trabajos bajo pedido los cuales se realizan a través de su web lanaserena.com con un tiempo de espera de dos a tres semanas Cada artesana firma una etiqueta que prende en la labor terminada en la que indica su nombre y cuándo la ha tejido. Así la clienta sabe quién ha hecho esa prenda para ella. Un poco como hacían las abuelas de antes..." añade satisfecha Pujals.
La catalana reconoce que es un trabajo para gente experta, ella no sería capaz de realizar tales obras de arte "Mi nivel es de aficionada, esto requiere un nivel experto. Quizá en otra vida disponga de las horas necesarias para alcanzarlo..." añade. Además recomiendan lavarlas a mano en agua fría con un jabón especializado y, sin estrujar, dejar que sequen en plano, como de toda la vida han lavado las prendas de lana nuestras abuelas y madres.
















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