
Cinco meses han pasado desde la última vez que se juntó este singular grupo de senderistas bañezanos y el ansia, así como las ganas de volver a caminar juntos se hacía ya muy necesaria, para volver a encontrarse, charlar, recordar viejas excursiones y volver a saber de la actualidad de cada uno.
Aunque estaba previsto ir a la playa, a Asturias, como todos los meses de Julio en estos años, la precaución hizo que cambiaran de destino y realizaron una ruta corta, sencilla, cercana y lo más importante, sin riesgo para la salud, que, por supuesto, es lo más importante.
Un paseo a San Martín de Torres, ese fue el destino elegido, localidad cercana a La Bañeza (5 Kilómetros de ida y 5 de vuelta) para un grupo muy reducido de caminantes para lo que suele ser habitual, pero las dudas, el miedo al virus, el calor y posiblemente la premura de la realización hizo que muchas personas no se enteraran o no pudieran venir.
Así fue la crónica de esta excursión en la que visitaron la casa de D. Nemesio Rubio, la cual se encuentra en este pueblo cercano a La Bañeza, donde se puede admirar la gran obra de arte que sus paredes atesoran.
Quince senderistas se presentaron a las 10 de la mañana del domingo 26 de Julio para, en compañía de la Concejala de Juventud e igualdad Carmen Macho, iniciar una ruta que no defraudo a nadie, como pudo comprobarse en la satisfacción y en los comentarios al final de la misma.
Con cambio de guía, esta vez le toco a Feli, (conocedora del paraje) ir en cabeza y a María Jesús (guía habitual) ir en la cola, cerrando el grupo.
Poco a poco, paralelo a la autovía y a carretera nacional VI, se fue el grupo acercando a la localidad citada para llegar a eso de las 11:15 al bar de la misma y tomar un café y hacer un pequeño descanso , que para esas horas ya era necesario.
Antes, con el calor de la mañana de Julio ya se habían producido varias anécdotas y varias situaciones curiosas como el montón de conejeras que hay cercano a la rotonda de San Martín de Torres y que, si alguno madrugara, vería los cientos de conejos y liebres que salen con la fresca a comer y refrescarse.
Tras el café, y con la ayuda de Juanjo (miembro del Club y residente en San Martín) y Cristina su pareja, visita a la casa de D. Nemesio Rubio, persona amabilísima y agradecida que nos permitió ver su patio empedrado (a mano) y su merendero, también empedrado, así como la mesa, los jarrones, el suelo, etc, una maravilla para los ojos.
Tan maravilloso como los cuadros hechos también con piedras, un caballo, un puente, un anciano, un ciervo y, sobre todo, las dos obras de arte y que más aprecia, su autorretrato y la última realizada un Nazareno, nuestro Nazareno, que es digno del mejor museo.
Con sus explicaciones, sencillas, sin vanagloriarse de nada, con sus respuestas a cada una de las preguntas, nos hizo maravillarnos a nosotros y le hicimos feliz a él, al poder contemplar su obra, de la cual está profundamente enamorado y orgulloso.
Que lastima que ningún organismo oficial tenga el valor de acercarse y realizar un estudio para poder convertirlo en museo, o en reclamo de guías turísticas de nuestra localidad y provincia porque realmente es una obra de arte, tanto como puede ser cualquier monumento de nuestra España, por supuesto salvando las diferencias de grandeza y sencillez en la comparación de unas con otras.
Tras la despedida de este buen señor y como aún teníamos un poquito de tiempo nos acercamos a la iglesia, desde donde se puede admirar todo el páramo leones, Valdefuentes, Hinojo, Valdesandinas, Azares, Santa María del Páramo, Regueras y, según el propio Nemesio en días muy claros y por la noche, se podía contemplar la luminosidad de León, por supuesto sin llegar a verlo.
La Iglesia, otro monumento digno de ver, explicado amablemente por una de las vecinas, y contándonos la historia de San Martin, de su capa, y del monumento de Cristo crucificado que hay en la iglesia y del cual se desconoce el año y el autor de la creación pero que por su forma desproporcionada debe ser antiquísimo.
Ya no daba para mucho más la mañana, la hora de regreso coincidía con la hora de la misa y para evitar que el calor nos hiciera más duro el regreso, iniciamos la vuelta, con un paso tranquilo y lento que hizo que no se cansara nadie.
En la Bañeza, un breve momento de comentarios y despedida en la que muchos comentaban las ganas de volver a las rutas tradicionales.
Por último, en la terraza de un bar, algunos terminaron la mañana tomándose un refresco y hablando con una de las acompañantes, María de los Ángeles, extremeña afincada hace muchos años en Bilbao y que quedo maravilladla de la ruta, del ambiente y que prometió volver cada vez que venga a La Bañeza a realizar alguna ruta pues se sintió completamente satisfecha y maravillada con nosotros.
Dar por último las gracias a la concejala por acompañarnos, con la certeza que disfruto de la ruta y como prueba el numeroso número de fotos que realizó durante la misma.
La próxima, si el virus nos lo permite, para septiembre.















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