Cincuenta y ocho caminantes bañezanos disfrutaron de Pesquera de Duero

La familia del senderismo bañezano cada vez crece más y esta vez no solo llenaron el autobús, sino que tuvieron que llevar un coche de apoyo para no dejar a nadie en tierra.

Así nos cuentan su crónica matutina de esta ruta 56 de este grupo que sabe disfrutar cada mes de una ruta nueva y diferente:

Cincuenta y ocho caminantes salieron del lugar habitual para llegar a nuestro primer destino sobre las 10.15h, Pesquera de Duero, donde ya teníamos preparado el café y los bollos en el “bar Límite” donde su dueña Begoña nos trató fenomenalmente.

 

Tras el café a caminar, 9 km por la vera del río Duero con sus paisajes, su fauna, sus puentes y su escasa agua, en una mañana con temperatura baja pero perfecta para caminar.

 

Llegada a Peñafiel a las 13.30h y reunión de grupo en la plaza del Coso, con su espectacular vista de los balcones de madera y con el fondo del castillo en el alto como si fuera una postal.

 

Todo el mundo comento que era un lugar precioso y desde luego que lo es. En la oficina de Turismo “Inés” nos contó como en fiestas la plaza se convierte en improvisada plaza de toros y sueltan una vaquilla dentro y otro fuera de la misma, haciendo las delicias de visitantes y habitantes. Mientras, los balcones de la plaza se alquilan para ver los festejos a un precio de hasta 1.700 Euros por toda la semana.

 

Comida en el Barco de Bolas donde nadie quedó insatisfecho. Óscar, Esther e Ignacio hicieron que algunos repitieran e incluso tripitieran, tanto el primer plato como el segundo, comida sencilla pero exquisita. No cabe duda, había hambre.

 

Acabado el “ágape” visita guiada al Castillo de Peñafiel.

 

La guía Belén fue explicando la historia del mismo y contestando las preguntas que le íbamos haciendo. Salón del trono, escaleras de acceso a la muralla, torreones, sistemas de defensa…todo.

 

Espectacular monumento y fantásticas vistas desde la parte superior que no dejan a nadie sin asombrarse ya que la altura donde se encuentra y la inmensidad de espacio que delimita hace que se vea una extensión inmensa de terreno y pueblos cercanos.

 

Poco después visita al museo del vino que se encuentra dentro del mismo castillo, con sus innumerables marcas de vino, una delicia para los catadores  y tras ello a la tienda a comprar diferentes recuerdos de nuestra visita, dedales, libros, vino, chocolate, camisetas, …y un sinfín de artículos.

 

A las 17.30h como estaba previsto nos recogemos en el autobús y emprendemos un tranquilo regreso para llegar a nuestro destino, La Bañeza a las 19.30.

 

Todos contentos y deseando que pronto llegue la siguiente.