
El pasado mes de marzo desde la agrupación Ecologistas en Acción remitía una carta a la Presidenta de la CHD, Cristina Danés de Castro, en la que se le informaba sobre la situación en la que se encuentra la EDAR de Riego de la Vega, la cual desde Ecologistas aseguran que es una EDAR "clandestina", ya que carece de autorización.
Nuevamente, se pronuncian para cargar contra la CHD, el propio ayuntamiento de esta localidad y contra la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, en un comunicado en el que critican que se "están omitiendo su deber de evitar presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, al permitir vertidos que pueden causar daños sustanciales a la calidad del agua, con el agravante de estar ocasionados por una actividad que, desde su inicio, viene funcionando clandestinamente, sin haber obtenido la preceptiva autorización de vertido".
Desde la agrupación medioambiental aseguran que el pasado 15 de marzo recibían una notificación de la CHD de que esta EDAR, que recibe las aguas residuales urbanas de las poblaciones de Toralino y Riego de la Vega y las aguas residuales industriales del polígono industrial 'Vía de la Plata' no tenía autorización de vertido y, por ello, se solicitó la paralización de dichos vertidos.
Desde la CHD han notificado que no es viable paralizar estos vertidos y desde Ecologistas se ven sorprendidos y comentan de forma crítica que "la CHD se manifiesta incompetente para evitar la contaminación provocada por el vertido de una EDAR que ha dejado funcionar, desde el inicio de su actividad hace más de siete años, sin la autorización de vertido prevista en la Ley de Aguas".
Ecologistas asegura y mantiene que la CHD tiene la suficiente autoridad para limitar las actividades industriales contaminantes, adoptar las medidas precisas para corregir las actividades que den origen a vertidos no autorizados, hacerse cargo directa o indirectamente de la explotación de la EDAR si no fuera procedente su paralización y recurrir a empresas de vertido para conducir, tratar y verter las aguas residuales industriales que no puedan ser tratadas en la EDAR.
Finalizan este comunicado recordando que los campos de labor de la Vega del Tuerto se riegan con la Zaya, ramal histórico del río Tuerto, por lo que al daño medioambiental hay que añadir los riesgos para la salud pública que implica la potencial contaminación de cultivos, que pueden llegar a la cadena alimentaria; así como la contaminación, por filtración a las aguas subterráneas, de los pozos de abastecimiento a las poblaciones cercanas.
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