La UE vuelve a incluir la Ruta de la Plata en la red global de corredores ferroviarios

La "Ruta de la Plata" cruza España de norte a sur, desde Gijón a Sevilla, pasando por provincias y localidades Zamora, Salamanca, Plasencia (Cáceres) y las ciudades leonesas de Astorga y La Bañeza. La línea ha estado cerrada desde 1985 y es una de las principales que ha afectado a los territorios que se quedaron sin tren.

Bruselas ha vuelto a incluir la denominada "Ruta de la Plata" en la red global de corredores ferroviarios y de transporte a nivel europeo (Red TEN-T), después de que fuera eliminada en un primer momento, en diciembre de 2021, con motivo de la revisión del reglamento de redes de transporte, la Comisión Europea borró la "Ruta de la Plata" de los corredores ferroviarios europeos. Esta figura permite establecer una serie de directrices que orienten las inversiones en los países, faciliten el acceso a financiación o reduzcan las disparidades socioeconómicas entre regiones. Bruselas borró la línea del mapa sin que el Gobierno de España haya ordenado nada al respecto, según aseguran fuentes del Ministerio de Transportes, algo que recibió las críticas de la proclamada "España vaciada".

En abril de 2022, Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) acordó ceder un tramo de 56 kilómetros entre Navalmoral de Béjar y Alba de Tormes para ampliar la vía verde existente, con el fin de dinamizar turísticamente y económicamente el entorno de esta zona. Esta medida fue gestionada por quince municipios integrados en la Asociación Vía de la Plata Salamanca-Sur, y serán encargados de su gestión durante los próximos 20 años.

El 5 de diciembre de 2022, el Consejo de Ministros de Transportes de la Unión Europea dio su visto bueno a reincorporar la "Ruta de la Plata" en la red global de corredores ferroviarios y de transporte a nivel europeo (Red TEN-T), tanto para mercancías como para pasajeros. La reincorporación en la red TEN-T significa que se establecerán una serie de directrices para orientar las inversiones en esta línea, facilitar el acceso a financiación y reducir las disparidades socioeconómicas entre las regiones afectadas. Sin embargo, la decisión final de reabrir la línea y el grado de inversión necesario es responsabilidad del Gobierno España.

Esta nueva inclusión podría dar lugar a la posibilidad de una reapertura total o parcial de la línea, o al diseño de una nueva infraestructura ferroviaria que se adapte a las necesidades actuales. Este hecho podría interpretarse como una señal de que la administración está más interesada en convertir esta línea en una atracción turística que en reabrirla para su uso como medio de transporte, lo cual podría contrastar con las expectativas de algunos sectores que desean ver la línea reabierta como medio para mejorar las comunicaciones y dinamizar de la economía de estas regiones.