
El grupo de artistas de la provincia de León, comprometido en dar a conocer los usos y las costumbres de la región, ha recuperado la tradición de los filandones viejos con conciertos teatralizados en distintos escenarios de la provincia. La puesta en escena mezcla artes como la música, la palabra y la teatralización del filandón para recuperar el espíritu de los filorios, las reuniones que se llevaban a cabo en torno al fuego durante las largas noches del invierno leonés.
El filandón era una mixtura de romances cantados, relatos de tradición y palabra, siendo esta última la razón sobre la que giraba todo el encuentro. Y eso es lo que se ofrece, un compromiso con las tradiciones, con el folk, con nuestra intrahistoria más doméstica. Un ejercicio de retroalimentación que engrana a la perfección y que, con el apoyo coral -tan necesario- de la gente que “vela” la salvaguarda de este recurso cultural, se convierten en testigos de excepción de un acto cálido cuya plástica y toque de originalidad radica precisamente en esa mezcla de registros.
La buena acogida que este formato de artes entrelazadas ha tenido entre el público ha sido un éxito rotundo. Las personas que han participado de esta apuesta cultural, elogiando la originalidad y el buen gusto que dejan revivir los filandones tal cual, “como si el tiempo se hubiese detenido”. De paso, -decían otros- “acudimos a un ejercicio de evocación histórica que creíamos perdido y que supo a verdadera gloria”.
Ante la demanda cada vez más generalizada, el grupo ha querido que su compromiso tenga cabida en el proyecto institucional cuyo tenor literal refiere: “blindar la literatura de tradición oral”, a través de algo tan genuino como nuestro filandón; el de todos, declarado por la Junta en el 2010 Bien de Interés Cultural.
El filandón es una luz de atmósfera, angular, nocturna, según el prologuista del primer libro-disco Romanza&mimbre (folk de filandón) Javier Emperador. Y el Padre César Morán se refiere a él como un compendio "de estudios filosóficos, jurídicos, económicos, teológicos y medicinales; la cátedra que necesitan saber los hombres y las mujeres para desenvolverse en el tiempo y en la eternidad". Estas dos definiciones nos pintan a la perfección el ambiente de las calles y de las casas, cuando se reunían los hombres y las mujeres al caer la noche en “el paisaje sereno” de una casa antigua. Adobe, chimenea, pucheros, ¡sabían mucho aquellas mujeres y hombres! Y hablaban entre ellos en esa fiesta familiar que era el final de la jornada. Intercambio y comunicación. Esa era la filosofía que fluía entre aquella luz angular y aquellos hombres sabios de oficios. Y sin saberlo, sentaron los cimientos de la literatura oral.
La labor de estos artistas es un ejemplo de compromiso y amor por las tradiciones que merece ser aplaudido y apoyado. Gracias a su empeño, los filandones viejos han vuelto a cobrar vida en distintos escenarios y localidades de nuestra provincia y se han convertido en una verdadera atracción para todos aquellos que desean conocer más acerca de nuestras raíces culturales.
Para más información puedes visitar su página web folkdefilandon.es















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.104