
El grupo de Senderismo de La Bañeza se aventuró recientemente en una emocionante ruta hasta la cascada de Xiblu en Teberga, Asturias. Con 64 participantes a bordo de dos autobuses, la salida comenzó con un pequeño retraso debido a la necesidad de acomodar a todos los excursionistas en los vehículos.
A medida que avanzaban por la ruta, la aventura comenzó a complicarse con pequeños contratiempos. Una persona que debía ser recogida en su localidad no se encontraba donde se suponía, y tuvo que ser recogida en otro lugar, lo que provocó un pequeño retraso. Además, una parada para tomar café en San Emiliano se alargó más de lo previsto, pero los excursionistas se tomaron el tiempo necesario para atender sus necesidades.
Luego de hacer una parada en el mirador de "Puerto Ventana" para disfrutar de las vistas y tomar la foto grupal, los excursionistas llegaron al aparcamiento donde comenzaba la senda de la ruta, pero el primer autobús se pasó de largo, lo que provocó un retraso aún mayor mientras esperaban que diera la vuelta.
La ruta en sí resultó ser preciosa, con un clima espléndido y una cascada que resultó ser un lugar ideal para hacer fotografías. A pesar del retraso acumulado, nadie se quejó y todos disfrutaron del paisaje.
Luego de la ruta, el grupo se dirigió al museo de la prehistoria en Teberga, aunque llegaron con un retraso de diez minutos. La visita al museo resultó ser un lugar impresionante, que brindó a los excursionistas una visión clara de lo que habían vivido los primeros hombres y mujeres.
Sin embargo, el retraso se acumuló aún más cuando el segundo autobús comenzó a echar humo por sus ruedas delanteras. Tras un calentón en los frenos, el autobús tuvo que detenerse y esperar a que se enfriara, lo que provocó el jolgorio y las risas de los pasajeros del primer autobús que ya habían llegado a Pola de Lena.
Finalmente, tras una espera de media hora, el segundo autobús se puso en marcha con precaución y, a medida que avanzaban, volvió a tener problemas con el humo de las ruedas. Los pasajeros decidieron caminar los 600 metros que los separaban de la cafetería donde se encontraban los pasajeros del primer autobús, quienes los esperaban pacientemente.
Después de tomar unos cafés, ambos autobuses regresaron a La Bañeza, pero ya no había más bajadas en el camino para poner a prueba el segundo autobús, que finalmente resistió el trayecto. A las 22:00 horas, el grupo de senderismo llegó a su destino final, con un buen sabor de boca, muchas anécdotas y risas por todo lo sucedido. Sin duda, esta excursión quedará en la memoria de todos los participantes como la ruta más aventurera de todas.
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