
La Bañeza se prepara para despedir a un pilar fundamental de la ciudad, el querido párroco Don Arturo Cabo Carrasco, quien ha dejado una marca indeleble en la localidad con su dedicación y servicio a lo largo de más de cuatro décadas. Con 88 años de edad y una trayectoria llena de logros, el respetado párroco se embarca en una nueva etapa de su vida: la jubilación.
Don Arturo Cabo Carrasco, reconocido como un hombre influyente en La Bañeza, ha sido honrado en múltiples ocasiones por su labor incansable y su dedicación a la comunidad. Su contribución a la ciudad ha sido tal que incluso una calle lleva su nombre en reconocimiento a su impacto positivo. En el año 2016, fue galardonado con el prestigioso premio de Personaje Bañezano, un reconocimiento que refleja su arraigada conexión con la comunidad y su compromiso constante.
A pesar de su avanzada edad, el Párroco Don Arturo Cabo Carrasco no ha dejado de inspirar con su vitalidad y pasión. Este mismo año, emprendió el Camino de Santiago, una tradición anual que ha mantenido a lo largo de los años. Sin embargo, esta vez optó por una ruta diferente, partiendo desde la capital de España, Madrid, siendo el grupo de Monte Urba del cual es el alma este característico bañezano.
La jornada del 16 de agosto marcará un momento significativo para La Bañeza y para todos aquellos que han tenido el privilegio de conocer y trabajar junto a Don Arturo. En el día de San Roque, una fecha festiva en la ciudad, la comunidad se reunirá en la Parroquia de El Salvador, el hogar espiritual que ha albergado al Párroco durante todos estos años. A las 13:00 horas se celebrará una emotiva misa de despedida, a la que acudirá el propio Obispo de Astorga, Mons. Jesús Fernández González, honrando su contribución y compromiso con la comunidad religiosa de La Bañeza.
La historia del Párroco y sacerdote de El Salvador, Arturo Cabo, es una que ha dejado una profunda impresión en el tejido de La Bañeza. Nacido el 17 de enero de 1935 en la propia ciudad que lo vio florecer, sus raíces están entrelazadas con la comunidad. Su educación temprana lo preparó para el servicio espiritual, pasando por las manos de Dña. Everilda Cabo y la Escuela de D. Justo. Sus primeros pasos en la fe lo llevaron a las Carmelitas, donde se preparó para su primera comunión. Más tarde, continuó su formación en el Seminario de Astorga, un periodo de 12 años que allanaría el camino para su ordenación sacerdotal el 5 de julio de 1959.
Desde entonces, su compromiso con su llamado y su comunidad lo llevó a servir en diversos pueblos del Bierzo bajo antes de establecerse en la parroquia de Folgoso de la Ribera durante 22 años. Fue aquí donde dio vida al icónico Belén Artesano que aún perdura en la memoria colectiva. Su traslado a La Bañeza, bajo el amparo del Obispo Antonio Briva, marcó un nuevo capítulo en su misión. A partir del 10 de septiembre de 1985, se convirtió en parte integral de la Parroquia de El Salvador, dejando una huella imborrable.
Don Arturo no solo atendió a las necesidades espirituales de su comunidad, sino que también jugó un papel fundamental en la promoción de la vida social, cultural y deportiva de La Bañeza. Desde la creación de la Coral del Milenario y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Monte Urba hasta la revitalización de tradiciones arraigadas, como la procesión del Santo Potajero, El Desenclavo y muchas otras, su labor fue la fuerza motriz detrás de un renacimiento cultural en la ciudad.
Su legado también abarca logros tangibles, como la creación del Centro Social Santa Marina, la Cofradía Penitencial de las Águedas, el Albergue del Peregrino y la Vía de la Plata. Eventos deportivos como las carreras populares de El Salvador y San Silvestre, así como iniciativas como la Semana del Peregrino y la marcha ciclista a Castrotierra, llevaron su visión más allá de las paredes de la iglesia.
El 6 de agosto de 2011 marcó un momento de aprecio y gratitud cuando, por decisión unánime del Ayuntamiento bañezano, se le otorgó la Medalla de Plata de la Ciudad y el honor de dar su nombre a una calle. Cientos de personas se unieron a este merecido homenaje, reflejando el impacto que Don Arturo Cabo ha tenido en las vidas de innumerables personas.
Ahora, mientras se prepara para su jubilación, Don Arturo Cabo deja atrás una carrera rica en logros y una comunidad que le está eternamente agradecida por su amor, cariño y misericordia. Su legado perdurará en los corazones de todos aquellos a quienes tocó con su espíritu dedicado y su incansable servicio.














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