
En un caso que ha mantenido en vilo a la comunidad, la Audiencia Provincial de León ha dictado una sentencia condenatoria que establece una pena de siete años de prisión por abuso sexual continuado a un sacerdote. El caso se remonta a los años 2005 a 2007 y se inició con la primera denuncia presentada en el Juzgado de La Bañeza.
La Audiencia Provincial de León ha emitido una sentencia que condena a un sacerdote a siete años de prisión por un delito de abuso sexual continuado a un menor de edad que estaba bajo su guía espiritual. Los hechos, que se remontan a los años 2005 a 2007, han llevado a la imposición de una pena de prisión, así como a una indemnización de 40,000 euros para la víctima, quien tenía tan solo 12 años cuando comenzaron los abusos.
El tribunal ha condenado al sacerdote como autor de un delito continuado de abuso sexual, reconociendo la atenuante de dilaciones indebidas en el proceso. La pena impuesta incluye siete años y un día de prisión, además de la prohibición de aproximarse a menos de 250 metros de la víctima, su hogar y lugar de trabajo, y la prohibición de comunicarse con él, por cualquier medio, durante un periodo de ocho años y un día. Además, se ha establecido que el condenado deberá indemnizar a la víctima con la suma de 40,000 euros, más el interés legal correspondiente.
El caso se originó en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de La Bañeza, uno de los lugares donde se llevaron a cabo los abusos, así como en el Seminario Menor de Toledo, donde el menor de edad estaba inscrito.
El Arzobispado ha emitido un comunicado en el que muestra respeto hacia la sentencia y destaca que no es definitiva, siendo susceptible de recurso. Además, señalan que se han seguido los procedimientos establecidos por la ley en relación con las acusaciones y que el proceso canónico aún está en curso bajo la supervisión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. El sacerdote ha estado apartado de sus funciones públicas desde que se abrió el juicio oral.
La denuncia original se presentó en junio de 2016 ante el Juzgado de La Bañeza y posteriormente se trasladó a la Audiencia, que ha dictaminado que los abusos comenzaron cuando la víctima tenía 13 años. Los abusos se llevaron a cabo durante un período de dos años, entre 2005 y 2007, mientras el menor estudiaba en el Seminario de Toledo y tenía al sacerdote como su guía espiritual.
La sentencia detalla que los abusos incluyeron actos inapropiados, como besos, abrazos, caricias y tocamientos, que causaron daño al menor, requiriendo atención médica continua. Los padres del niño, ajenos a los abusos, permitieron que asistiera a retiros espirituales en La Bañeza y en un convento de monjas en Toledo.
El tribunal ha resguardado la identidad del acusado al referirse a él como "Luis," un nombre ficticio. La madre de la víctima ha relatado que su hijo experimentó cambios notables en su comportamiento después de los abusos, lo que los llevó a buscar ayuda médica y psicológica.
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