
El mercado laboral de la provincia de León cerró 2024 con cifras que reflejan una evolución dispar. Mientras que el desempleo subió un 0,4% en diciembre, afectando a 95 personas más que en el mes anterior, el balance interanual muestra un descenso del paro del 2,3%, lo que equivale a 523 demandantes menos que hace un año. A pesar de este progreso, la provincia sigue mostrando una desaceleración en la creación de empleo en comparación con otras regiones de Castilla y León y del conjunto nacional.
En diciembre, León registró 21.795 personas en situación de desempleo, con un predominio de mujeres y del sector servicios. Este incremento contrasta con la tendencia nacional, donde el paro descendió un 1,7% en el último mes del año, y subraya las dificultades del mercado laboral leonés para mantener un ritmo constante de mejora.
Comparativa autonómica y nacional
En el contexto autonómico, el desempleo en Castilla y León aumentó un 0,53% en diciembre, mientras que el descenso interanual alcanzó el 4,7%, superando ampliamente la caída registrada en León. En términos nacionales, la bajada anual del 5,4% pone de manifiesto una recuperación más sólida en el resto del país, dejando a la provincia leonesa en el último lugar del ranking de descenso del paro en la comunidad.
Las afiliaciones a la Seguridad Social, por su parte, cerraron el año con un incremento de 2.403 cotizantes en León, un aumento del 1,4% respecto al ejercicio anterior. Aunque positivo, este dato también queda por debajo de la media autonómica (1,9%) y nacional (2,4%), lo que refuerza la percepción de una ralentización en el mercado laboral local.
Factores de incertidumbre
Desde el Círculo Empresarial Leonés (CEL) se destaca la existencia de varios factores que influyen negativamente en la economía provincial. Entre ellos, la incertidumbre internacional por conflictos bélicos, los cambios de gobierno en grandes potencias como Estados Unidos, y las dificultades económicas en Europa. A nivel nacional, la falta de presupuestos generales y un contexto político inestable agravan la situación.
El sector empresarial local enfrenta, además, desafíos asociados a los crecientes costes fiscales y normativos, lo que dificulta su capacidad de inversión y competitividad. Las previsiones para 2025 apuntan a una economía que seguirá avanzando, pero con ajustes significativos que podrían impactar en la creación de empleo.
Retos y perspectivas para 2025
Ante este panorama, expertos coinciden en la necesidad de políticas públicas que favorezcan un entorno estable y predecible para la inversión empresarial. El impulso de medidas orientadas a la competitividad y el apoyo a sectores estratégicos podrían ser clave para revertir la desaceleración y generar un efecto positivo en el empleo.
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