
El prelado de Astorga, Jesús Fernández, dejará de ser Obispo de su actual diócesis para asumir el cargo de Obispo de Córdoba, tal como anunció la Santa Sede, una toma de posesión que se efectuará el próximo 24 de mayo, hasta entonces continuará como administrador diocesano en Astorga. El cambio de sede episcopal se produce en el marco de los recientes nombramientos, que busca potenciar una pastoral eminentemente social, en línea con las directrices del pontificado.
Con 69 años y una dilatada trayectoria en el ministerio sacerdotal, Fernández ha ocupado diversos cargos en la Diócesis de León y, desde 2020, ha dirigido la Diócesis de Astorga. Su nombramiento como obispo de Córdoba, en sustitución de Demetrio Fernández –quien presentó su renuncia al cumplir los 75 años– reafirma la apuesta de la Santa Sede por pastores con experiencia y compromiso social, como ha manifestado el Vaticano en reiteradas ocasiones.
El traslado de Jesús Fernández a la diócesis cordobesa se produce en un momento de incertidumbre para la Diócesis de Astorga, puesto que aún no se ha anunciado quién asumirá el máximo cargo del Obispado.
Entre sus credenciales, se destaca su formación en los seminarios menor y mayor de León, la obtención de la Licenciatura en Filosofía por la Universidad Pontificia de Salamanca y su labor docente en instituciones teológicas. Además, su experiencia como obispo auxiliar de Santiago de Compostela y su rol en la Conferencia Episcopal Española han cimentado su perfil pastoral, reconocido por su implicación en proyectos sociales y en el trabajo con Cáritas.















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