
La Bañeza se viste de fervor y tradición en vísperas de uno de los eventos más emblemáticos de su Semana Santa. Mañana, Miércoles Santo, se llevará a cabo la celebración del Santo Potajero, una festividad que reúne en torno a un singular ritual culinario y religioso, heredado de siglos de historia y marcado por una notable implicación de la comunidad.
Orígenes y evolución histórica
La tradición del Santo Potajero tiene sus raíces en el siglo XVI, periodo en el que la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad se instauró en la localidad. Documentos históricos, como el ejemplar más antiguo de su Regla fechado en 1615 y avalado por el obispo de la Diócesis, Antonio de Cáceres, atestiguan una larga trayectoria en la prestación de asistencia social y religiosa. En aquel entonces, la cofradía tenía el compromiso estatutario de ofrecer tres comidas anuales a los necesitados, entre ellos los presos, recibiendo en aquella ocasión una "olla de vaca y carnero". Con el paso del tiempo, lo que comenzó como una ayuda puntual se fue transformando en una festividad popular que ha evolucionado sin perder la esencia de su propósito solidario y comunitario.
La festividad y su significado
Aunque en sus orígenes se celebraba en el Jueves Santo, la actual realización del Santo Potajero tiene lugar durante el Miércoles Santo, inmediatamente después de la procesión del mediodía. En la jornada se rinde homenaje al "Santo Potajero" mediante la exhibición de una imagen que recorre las calles de la localidad en una procesión llena de solemnidad y recogimiento. Este acto, que marca el inicio de la celebración gastronómica, es seguido por el reparto del potaje entre los asistentes, un acto que simboliza la unión y la solidaridad entre vecinos y visitantes.
La festividad no solo es un evento de carácter religioso, sino que también representa un valioso patrimonio cultural y gastronómico para La Bañeza. La confluencia de fe, historia y tradición se complementa con el reconocimiento oficial que ostenta la ermita-capilla de Nuestra Señora de la Piedad, declarada Bien de Interés Cultural y, recientemente, catalogada como Interés Turístico de Castilla y León.
El ritual del potaje: ingredientes y elaboración
El fulcro de la celebración es, sin duda, el potaje, una receta tradicional que ha perdurado a lo largo de los siglos y que conjuga sabores intensos y recuerdos de antaño. Para su preparación se emplean ingredientes en cantidades significativas: 210 kg de bacalao, 300 kg de garbanzos, 120 kg de arroz, 120 kg de cebolla, 12 kg de ajo, entre 35 y 40 manojos de perejil, 20 kg de sal gorda y 1 kg de pimiento picante, este último destinado "para fregar las perolas". El potaje se cocina al aire libre en grandes calderas, manteniendo viva la tradición del "caldo" que en sus inicios se servía de forma exclusiva a los presos pobres de la cárcel local. La comida se sirve en cazuelas que cada asistente aporta desde su hogar, lo que refuerza el carácter colaborativo y participativo del evento.
Impacto social y relevancia cultural
A lo largo de los años, la participación en el Santo Potajero ha experimentado un notable incremento, pasando de ser un beneficio dirigido exclusivamente a los presos y a un reducido grupo de beneficiarios (12 pobres de la localidad que cumplían los requisitos de estar confesados y comulgados) a convertirse en una cita ineludible para ciudadanos de todas las edades y procedencias. La ampliación de esta tradición refleja el creciente interés y compromiso de la comunidad local por mantener vivas sus costumbres y por promover el sentido de pertenencia y solidaridad.
El Santo Potajero se erige, así, como un fiel reflejo de la riqueza cultural de La Bañeza, ofreciendo a sus habitantes y visitantes una oportunidad para reencontrarse, compartir y celebrar los valores tradicionales que han forjado la identidad de la localidad durante generaciones. Asimismo, el evento acentúa el papel de la gastronomía como elemento cohesivo y como medio para preservar la memoria histórica, en un contexto en el que los retos modernos se combinan con la valoración de las raíces culturales.
Una festividad que trasciende generaciones
La celebración del Santo Potajero es mucho más que un simple acto festivo; es un testimonio vivo de la confluencia de fe, historia, y compromiso social. La cofradía y la comunidad de La Bañeza mantienen viva esta tradición, que se ha convertido en una cita ineludible durante la Semana Santa, invitando a la reflexión sobre el significado de la solidaridad y la importancia de conservar las costumbres que marcan la identidad colectiva.
Con todos estos elementos, el Santo Potajero se posiciona como uno de los eventos más apreciados y esperados de la localidad, uniendo a todas las generaciones en torno a una tradición que, a pesar de los cambios en la sociedad, sigue siendo un pilar fundamental de la vida cultural y social de La Bañeza.
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