El analista Javier Callado desgrana el devastador impacto del cierre de Azucarera en La Bañeza

La clausura de la Azucarera de La Bañeza representa el "cierre de la mayor empresa industrial de La Bañeza" con un "impacto económico en términos de euros tremendo". Así lo afirmó Javier Callado, analista económico, durante su intervención en el acto reivindicativo celebrado en el Teatro Municipal. Callado ofreció una detallada perspectiva económica de la situación, lamentando que "mucha gente no se entera" del verdadero alcance de esta decisión.

El analista inició su discurso haciendo hincapié en la historia de casi un siglo de la Azucarera, que comenzó a molturar en 1931 y ha acompañado el crecimiento de La Bañeza, pasando de 4.700 a más de 10.000 habitantes. "Casi es una imagen con natural al perfil urbano de La Bañeza", señaló, destacando su profunda integración en la vida de la localidad.

Cifras que Demuestran el Impacto Económico:

Callado ofreció datos concretos para ilustrar la magnitud de la pérdida:

• Molturación: En la última campaña se molturaron 687.000 toneladas de remolacha, equivalentes a 8.600 hectáreas de cultivo.

• Transporte: Esta cantidad representa 27.500 portes de 25 toneladas, lo que se traduce en un impacto significativo para el sector del transporte local.

• Ingresos Agrícolas: La empresa pagaba a los agricultores unos 35 millones de euros, remunerando aproximadamente a 4.000 euros por hectárea, un "valor añadido" crucial para el sector. De estos, más de 2 millones de euros eran para portes.

• Producción: La planta generaba 130.000 toneladas de azúcar y 120.000 toneladas de pulpa de remolacha, moviendo otros 10.000 portes de camión con el producto final.

• Empleo Directo e Indirecto: Más allá de los "150 empleos directos" (incluyendo personal externo de mantenimiento y seguridad), Callado hizo hincapié en el impacto en empresas auxiliares y en el consumo local, señalando que "si no compran, pues el señor que lo vendía no lo vendía. O venderá otras cosas o se tendrá que buscar la vida".

• Facturación: La Azucarera, sin consolidar resultados aisladamente, "factura aproximadamente unos 100 millones de euros", siendo "probablemente la mayor empresa industrial de La Bañeza".

Las Verdaderas Razones del Cierre y Críticas a la Gestión:

Para Javier Callado, las razones esgrimidas por la empresa (una bajada "transitoria y coyuntural" del precio del azúcar) no justifican el cierre, especialmente cuando se espera una recuperación. Aseguró que el problema no es que se pierda dinero, sino que "se gana mucho" en otros mercados, como los de África subsahariana, que están en expansión demográfica y económica. "Esto es una perversión del mercado. No se puede cerrar una fábrica porque ganas menos", sentenció.

El analista criticó el "nulo compromiso social de la empresa" y el "bajo compromiso de las administraciones". Subrayó que la Junta de Castilla y León prioriza el sector automovilístico, dejando de lado la producción de alimentos como sector estratégico, lo que, a su juicio, dificulta la defensa de casos como el de la Azucarera. También alertó sobre la "cesión negociadora hacia un oligopolio" y la falta de especialistas en los ministerios y consejerías de agricultura, que, según él, no están preparados para entender las complejidades de un sector como el azucarero.

Callado denunció el "cuento chico" del comité intercentros, que "los sindicatos han caído" en él, afirmando que lo que se está produciendo es un "cierre de facto" y un "cierre empresarial", y no una regulación de empleo.

Propuestas para el Futuro: Una Llamada a la Acción Inmediata:

Ante este panorama, Javier Callado propuso varias alternativas y acciones inmediatas:

• Continuidad mediante venta: Forzar la venta de la fábrica a un tercero, con "presión del ministerio y de la Junta", evitando que Azucarera conserve la cuota de mercado para importar azúcar de caña.

• Inversores en biocombustibles: Captar inversores en el sector de los biocombustibles, un área en alza que podría aprovechar las instalaciones y procesos de fermentación y destilación de la planta.

• Captación de otros inversores: Buscar inversores de otros sectores que puedan interesarse por la estructura de la fábrica.

• Industria de defensa: Propuso la posibilidad de atraer inversión de la industria de defensa, un sector en expansión, intensivo en capital e ingeniería, que podría fijar puestos de alta cualificación. Recordó que León cuenta con tres centros militares y una ministra de defensa leonesa, apelando a "olvidarse del partido" y "tirar de esa fuerza".

• Aprovechamiento de infraestructuras: Destacó que el recinto de la Azucarera cuenta con varias hectáreas de uso industrial valladas, cercanas a la autovía y con posible conexión a un ramal de tren (como se hizo en Villadangos), ventajas estratégicas para atraer empresas que muevan mucho material.

Callado enfatizó que la búsqueda de nuevas empresas no es excluyente de una postura defensiva para mantener la fábrica de Azucarera. "El momento de hacerlo es ahora", afirmó, instando a los ciudadanos a "picar puertas" y comunicar cualquier posibilidad de expansión de empresas. "No perdamos el tiempo", concluyó, subrayando la importancia de que todos tomen conciencia del "tremendo impacto económico" del cierre y se comprometan a buscar soluciones.