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Se prevé realizar más de 21.000 pruebas de alcohol y drogas a conductores

Redacción Miércoles, 16 de Julio de 2025 Tiempo de lectura:

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha una nueva campaña especial de vigilancia y control del consumo de alcohol y otras drogas en la conducción, que se desarrollará entre los días 14 y 20 de julio. Esta iniciativa, en la que colaboran la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y diversas policías autonómicas y municipales, busca intensificar los controles tanto en vías interurbanas como urbanas con el fin de prevenir los siniestros viales.

 

El objetivo principal es reducir la siniestralidad, ya que el consumo de sustancias es una de las principales causas de mortalidad en carretera. En 2023, el alcohol fue un factor concurrente en el 20% de los siniestros mortales, cobrándose la vida de 22 personas. Además, estuvo presente en el 6% del total de siniestros con víctimas, lo que lo posiciona como la segunda causa de siniestralidad vial, solo por detrás de las distracciones.


 

El Alcohol y sus Efectos Devastadores en la Conducción

El consumo de alcohol antes de conducir es uno de los factores de riesgo más significativos en la siniestralidad vial. Actúa como un depresor del sistema nervioso central, afectando crucialmente a funciones esenciales para una conducción segura, como la percepción, el tiempo de reacción, la coordinación y la capacidad de juicio. Incluso con una percepción de control, el organismo ya experimenta alteraciones que aumentan exponencialmente el riesgo de accidente.

 

Uno de los primeros efectos es la reducción del tiempo de reacción. Esto implica que, ante imprevistos en la vía (un peatón, un frenazo inesperado o una señal de tráfico), el conductor tarda más en reaccionar, un retraso que puede ser decisivo para evitar un siniestro. A esta lentitud se suma una subestimación de la velocidad propia y ajena, así como una mayor dificultad para evaluar distancias y tomar decisiones correctas. A medida que la tasa de alcoholemia aumenta, estos efectos se agravan considerablemente.

 

Además de un mayor número de accidentes, el alcohol incrementa la gravedad de las consecuencias. Diversos estudios demuestran que las lesiones en siniestros donde el alcohol está presente suelen ser más graves y con peor pronóstico. Esto se asocia a comportamientos de alto riesgo, como el exceso de velocidad, la falta de uso del cinturón de seguridad o maniobras temerarias.

 

El consumo de alcohol también altera el estado emocional del conductor, generando una falsa sensación de seguridad, euforia o despreocupación. Estas emociones conllevan a infravalorar los riesgos reales del tráfico, aumentando las conductas imprudentes. Por ello, incluso con tasas de alcoholemia dentro del margen legal permitido, el nivel de riesgo ya se incrementa significativamente.

 

La evidencia científica y los datos estadísticos son claros: la única tasa segura de alcohol al volante es 0,0%.


 

Un Mensaje que Conciencia: La Colaboración de ASPAYM

Desde 2007, la Federación Nacional de Lesionados Medulares y Otras Discapacidades Físicos (ASPAYM) colabora con la DGT para concienciar a los conductores sobre el grave riesgo de circular bajo los efectos del alcohol y las drogas.

 

Bajo el lema "No corras, no bebas… no cambies las ruedas", voluntarios con lesión medular, víctimas de accidentes de tráfico, acompañarán a los agentes en los controles que se realicen en provincias como Asturias, Cádiz, Córdoba, Cuenca, Jaén, Madrid, Murcia y Sevilla. En estos puntos, los voluntarios de ASPAYM se acercarán a los vehículos retenidos para trasladar el mensaje de la campaña y, con su presencia, mostrar las consecuencias y secuelas irreversibles de los accidentes de tráfico. Esta campaña fue reconocida en 2015 con el premio de la VII Edición de los Premios Ponle Freno y en 2024 con la Mención Honorífica Luis Antona a la prevención vial en la XX edición de los Premios ACEX.


 

Responsabilidad Individual y Colectiva en la Seguridad Vial

  • Conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas pone en riesgo vidas. Cada decisión de ponerse al volante tras consumir compromete no solo la seguridad propia, sino también la de otros usuarios de la vía: conductores, pasajeros, peatones o ciclistas. Lo que a veces se percibe como una "decisión personal" puede tener un impacto devastador en familias enteras.

  • Si alguien de tu entorno ha consumido, impide que coja el coche. La responsabilidad en la seguridad vial no recae solo en el conductor. Familiares, amigos o acompañantes tienen la capacidad y la obligación moral de intervenir. No basta con advertir; hay que actuar con firmeza para evitar que se pongan al volante.

  • Nunca te subas como pasajero con una persona que haya bebido o consumido drogas. Aceptar subir a un vehículo conducido por alguien bajo los efectos del alcohol o las drogas es exponerse directamente al peligro. Como pasajeros, es crucial asumir un rol activo en la prevención, evitando normalizar un comportamiento irresponsable.

  • La única tasa segura es 0,0%. Actualmente, el Congreso de los Diputados tramita la reforma de la Ley que propone reducir a 0,1 la tasa máxima de alcohol permitida al volante, con el objetivo de reforzar la seguridad en las carreteras. Adelantarse a esta normativa, decidiendo no consumir ni una sola gota de alcohol antes de conducir, contribuye desde hoy a prevenir siniestros y salvar vidas.


 

La Delgada Línea entre la Infracción y el Delito

Conducir habiendo ingerido alcohol o drogas tiene consecuencias graves: en el mejor de los casos, una sanción administrativa, pero en muchos otros, penas de cárcel. Según datos de la Fiscalía de Seguridad Vial, en 2024, más de 50.000 conductores fueron condenados por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas.

 

A estos castigos normativos o penales se suma el más importante: la vida de una persona que ha matado a otra u otras en un accidente de tráfico por la imprudencia de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas nunca vuelve a ser la misma. Las tasas máximas de alcohol permitidas y las sanciones asociadas son claras, y superarlas puede convertir una infracción en un delito.

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